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El viernes, un día después de que un incendio arrasó un complejo residencial en la ciudad española de Valencia y dejó al menos a cinco personas muertas y 14 desaparecidas, se temía que esas cifras pudieran aumentar, ya que las altas temperaturas en el interior de la estructura carbonizada impidieron en un inicio a los trabajadores de emergencia buscar en el interior.

Los bomberos y la policía acudieron rápidamente al lugar de los hechos poco después de las 5:30 p. m. del jueves, cuando en media hora el fuego envolvió por completo el par de edificios, uno de los cuales tenía 14 plantas.

El complejo, formado por dos bloques de torres con un total de 138 apartamentos, se levantó durante el auge de la construcción en España a mediados de la década de 2000, explicó en una entrevista Luis Sendra, decano del Colegio Oficial de Arquitectos de la Comunidad Valenciana.

Los bomberos pudieron entrar en el complejo hacia el mediodía del viernes, y la policía nacional, cuyos agentes científicos están llevando a cabo una investigación sobre el incendio, entró a los edificios bien entrada la tarde.

Sendra dijo que tendrían que esperar a que las estructuras se enfriaran para poder determinar los materiales exactos utilizados en su revestimiento. Dijo que los huecos entre las capas de lo que parecían ser láminas de aluminio y poliuretano podrían haber servido de chimenea y facilitado la propagación de las llamas.