MVP Cubarsí: se come a Osimhen en un asombroso debut en ...
'Hola, soy Leo Messi, recuerda mi nombre'. La ya mítica declaración del argentino a sus solo 17 años bien podría tener una reedición tras el Barça-Nápoles de este martes. No porque Pau Cubarsí tomara la palabra. Lo hizo sin hablar pero sentando cátedra en el que era su debut en Champions. A sus 17 años, el central se presentó ante toda Europa anulando por completo a Victor Osimhen, uno de los arietes más temidos. Elegido 'MVP' del partido, Pau es futuro pero también mucho presente.
Se especuló en la previa del choque con la posibilidad de que Xavi optara por la experiencia de Íñigo Martínez. Que si evitar sobreexponer al canterano, que si la presión ambiental... Al final, y tras el fiasco del vasco en el encuentro de ida, el técnico tiró de sentido común. Cubarsí llegaba al choque rozando la perfección, por lo que se hacía imposible encontrar motivos de peso para sentarle. Y menos mal, porque el zaguero demostró, como dice el tópico, que la edad es solo un número.
Pau estuvo imperial a lo largo de los 90 minutos pero fue en el primer cuarto cuando su actuación se pareció más a aquellas películas no aptas para menores de 18 años. Lo suyo fue una exhibición comprimida en tan solo 15 minutos: dos duelos ganados a Osimhen y dos desplazamientos en largo de aquellos que solo ven los elegidos. Tanto o más mérito que su recital tuvo el hecho de estar lográndolo en su estreno en Champions y con la presión máxima que vivía la institución para alcanzar los cuartos de final.
Contacto pero sin penalti en la acción con Osimhen
El único error de Pau se produjo en el minuto 33, cuando perdió la marca en un centro al área. El cabezazo de Di Lorenzo estuvo a punto de significar el empate a dos del Nápoles. Solo tres minutos después, el canterano se redimió con un cambio de juego de 40 metros que permitió superar a cinco rivales de golpe. Sus ojos ven el fútbol como pocos, su cerebro lo piensa como los elegidos y su pie lo ejecuta como los grandes centrales de este deporte.
En el segundo tiempo, el '33' vivió una acción comprometida en la que Osimhen pidió penalti por un supuesto pisotón. La repetición demostró que hubo contacto pero no infracción, de ahí que ni siquiera el colegiado revisara la jugada en el monitor. Después, Pau despejó con solidez cuatro o cinco centros aéreos, ganándose la ovación de Montjuïc.